Tal y como explicábamos en la columna de la semana anterior, Marzo es el Mes de la Prevención del Fraude, y particularmente hoy que aún estamos en medio de la pandemia, es muy importante estar atentos a las señales de fraudes en línea y vía telefónica que se han propagado en esta época de cuarentena.
Durante el mes de marzo han sido muchas las instituciones gubernamentales y privadas, así como también las de policía a través de todo el país, que han hecho llamados de advertencia ante el incremento de fraudes telefónicos realizados por personas inescrupulosas que se hacen pasar tanto por instituciones del gobierno como también de empresas comerciales.
La mayoría de estas estafas telefónicas comienzan con una llamada a una línea fija o celular de una posible víctima. La persona que llama se hace pasar por representante de una empresa comercial, como por ejemplo de un almacén, y le dice a la víctima que su tarjeta de crédito está siendo utilizada de forma fraudulenta. Le pide entonces que se comunique con el 911 o con su institución financiera, para alertar sobre el intento de fraude.
Los estafadores supuestamente cuelgan el teléfono, pero en realidad continúan en la línea, y la víctima marca ya sea al 911 o el número de su institución financiera, pero en realidad con quien conecta es con otro estafador que se hace pasar por policía o por investigador bancario. Este nuevo estafador hace las respectivas preguntas de seguridad, como fecha de nacimiento, apellido de soltera de su madre, etc., así como también pide el número de la tarjeta de crédito y el código de seguridad de tres dígitos que se encuentra en la parte posterior de las tarjetas de crédito. Una vez hecho esto, la estafa está prácticamente lista.
Otras de las estafas que se han incrementado en los últimos meses son prácticamente las mismas que ya conocemos: supuestas llamadas de Canada Revenue y del Departamento de Inmigración.
Hace un tiempo atrás escribí una columna en la que me refería específicamente a las estafas que se realizan a través de supuestas llamadas del Departamento de Inmigración, Refugio y Ciudadanía, en las que por ejemplo les solicitan a las víctimas información personal.
En el caso de las personas cuyos casos ya han sido concluidos, mi afirmación es bien simple: no hay absolutamente ningún motivo para que el Departamento de Inmigración los esté llamando solicitándoles ese tipo de información.
En el caso de personas que aún están realizando sus procesos migratorios, hay ocasiones en que los oficiales de Inmigración llaman para confirmar si el cliente efectivamente está residiendo con la persona que lo está patrocinando, así como también pueden llamarlo para que envíe información adicional.
Pero un Oficial de Inmigración nunca va a llamar preguntando el nombre completo de la persona, fecha de nacimiento, número de seguro social, dirección, nombre de la madre, nombre y código para servicios en línea, número de licencia de conducir, número de identificación personal (PIN), detalles de tarjetas de crédito (número, fecha de vencimiento o los tres números de seguridad), información de cuentas de banco o número de pasaporte.
Los Oficiales de Inmigración no pueden pedir esta información porque la mayoría de ella ya aparece en el expediente que tienen y por lo tanto no hay razón para que se la estén solicitando por teléfono.
Precisamente debido a la proliferación de este tipo de llamadas, en diversas ocasiones el Departamento de Ciudadanía e Inmigración ha publicado advertencias sobre el tema.
Muchas veces los estafadores piden información adicional que supuestamente es requerida para completar su archivo en el Departamento de Inmigración, pero también más directamente pueden pedir una suma de dinero para supuestamente evitar que la persona sea deportada.
Tratan de asustar citando leyes que supuestamente la víctima violó, y con la amenazan con orden de arresto, cárcel, pérdida de estatus migratorio y deportación si no paga.
Las personas afectadas pueden ser ciudadanos, residentes permanentes o personas con cualquier otro tipo de estatus o en proceso de obtener alguno, pues los delincuentes utilizan información pública para asustar a quien atiende su llamado telefónico.
Una de las técnicas más utilizadas es decirle a la persona afectada que necesitan información adicional en su archivo dado que las leyes han cambiado, y que si no hacen la actualización de la información de solicitud inmediato corren el riesgo de ser deportados.