El primer paso es buscar la asesoría de un profesional en insolvencia (Licensed Insolvency Trustee) que revisará su situación actual de deudas y evaluará cuidadosamente sus opciones. Si es elegible, una propuesta al acreedor probablemente sea lo mejor para usted (evitando una bancarrota), y así comenzar de inmediato el proceso de reducción y eliminación de deudas.
Para calificar a una propuesta al acreedor, el máximo de deuda no debe exceder de $250,000 (sin incluir la hipoteca de su residencia principal) y también que no tenga capacidad de pagar sus deudas en su totalidad así como fueron contratadas. Si supera los $250,000, se aplica una propuesta llamada DIVISIÓN 1.
En una Propuesta al acreedor, sus acreedores tienen 45 días para considerar si aceptan, renegocian o rechazan su propuesta. Para que su propuesta sea aceptada, los acreedores que representan una mayoría del valor en dólares de su deuda deben aceptar la oferta (mayoría simple), por eso es relativamente fácil que sea aceptada.
Se hace un solo pago mensual a cero interés para todos sus acreedores incluidos en la propuesta (tarjetas de crédito, líneas de crédito, préstamos personales, sobregiros bancarios, impuestos, etc.); Esto significa que cada dólar pagado es destinado directamente al capital de la deuda renegociada.
Lo importante es que no vuelva a tener dificultades financieras. Durante el proceso, se le mostrara cómo presupuestar, vivir dentro de sus posibilidades, aprender a ahorrar y proteger sus finanzas de cualquier evento inesperado (pérdida de empleo, situaciones familiares, pandemia, etc.).