Este jueves 6 de mayo entra en vigor el nuevo programa especial para trabajadores temporales y estudiantes internacionales que fue anunciado el pasado 14 de abril. Al momento del anuncio, todo mundo estaba contento pensando que en realidad era una oportunidad para que finalmente los trabajadores esenciales que siempre fueron excluidos de poder obtener la residencia permanente, tales como las personas que hacen limpieza, quienes trabajan en negocios, los trabajadores agrícolas y los trabajadores poco cualificados, obtuvieran la residencia permanente.
Sin embargo, al pasar las semanas, cada día se ha visto más claro que este programa va a ser útil únicamente para aquellas personas que siempre son seleccionadas por el gobierno canadiense basándose en el nivel de idioma, de estudio, en sus habilidades tecnológicas, etc.
Dependiendo del lente con que se mire, este programa puede ser positivo o negativo. Desde la perspectiva gubernamental, el gobierno necesita números y por tanto son 90 mil solicitudes que se van a agregar al inventario de casos para llegar a los 401 mil inmigrantes que se requieren este año dada la pandemia. Para el gobierno son números y nada más. Aunque queramos pensar que le están dando la oportunidad a seres humanos que han contribuido al país, y aunque el marketing del gobierno parezca muy humanitario y bonito, la realidad es que solamente están mirando a los posibles aplicantes como parte de un inventario.
Si lo vemos desde el punto de vista de los trabajadores poco cualificados, a pesar de que inicialmente este programa les dio muchas esperanzas de poder obtener la residencia permanente en Canadá, resulta un programa muy frustrante e imposible de poder utilizar para muchos. Por ejemplo, los trabajadores agrícolas ganan el salario minino en sus trabajos, que es lo que está establecido en la ley, y con esos ingresos no pueden pagar los $1,050 que hay que pagar de entrada para poder mandar la solicitud; además deben hacer examen de inglés o francés que cuesta alrededor de $300, deben tener acceso a computadora, el tiempo necesario para preparar toda la documentación que necesitan para hacer la solicitud, y lo peor de todo es que están compitiendo con el resto de los trabajadores esenciales.
Si se considera que en cualquier momento en Canadá hay por lo menos 600 mil trabajadores temporales, 40 mil plazas se van a llenar relativamente rápido y obviamente las personas que tengan acceso a dinero, a las computadoras, a una persona que los pueda asesorar, que tengan el tiempo necesario para llenar los formularios y que tengan el nivel de inglés o francés requerido, son quienes van a llenar esos 40 mil puestos. El resto quedará por fuera.
En los últimos días ha habido muchos artículos escritos por distintas organizaciones sobre el tema. La Organización de Migrantes por ejemplo hizo una investigación en la que deduce que el programa excluye a más de un millón 100 mil personas que deberían tener la posibilidad de poder aplicar para la residencia permanente, y hablan específicamente de las personas que están en el proceso de refugio y de las personas indocumentadas. Es decir que directamente hay más de un millón cien mil personas excluidas, y, además, hay más de un millón más que están compitiendo por estos 90 mil puestos.
La Asociación de Consultores de Inmigración de Canadá envió una carta al Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Marco Mendicino, pidiéndole que pospusiera el inicio del programa y que le dieran la posibilidad a los consultores y abogados de inmigración de poder presentar estos casos para sus clientes, porque lo que se sabe hasta ahora es que el cliente va a tener que abrir su propio portal en el sistema de inmigración y va a tener que introducir sus propias aplicaciones en el sistema, con lo cual quedan excluidos los asesores y abogados de inmigración.