Venezuela en la candela de su novela

Jóvenes líderes de las marchas en Toronto, nos comentan su “verdad” sobre Venezuela
Toronto · Publicado el: 23 abril, 2014

Mucho se viene hablando de la situación política de Venezuela, que si es un dilema apto para una novela, hasta que sería un caso para el acoso de Laura Bozzo, pero si algo parece más claro es que Venezuela se ha convertido en un claro ejemplo que solo suele ocurrir en las peores familias. Algunos lo podrían llamar como un parto no deseado, ya que justo a nueve meses de haber ganado las elecciones con tan solo un 1% de diferencia, el gobierno del presidente Maduro parece haber parido una protesta que le está creando fuertes cólicos democráticos, y quizás se deba a la pública disputa que existe entre el pueblo venezolano (que si bien Chávez la supo manejar, Maduro el aprendiz, deja mucho que decir), y me refiero a la disputa entre papá gobierno, que sobreprotege públicamente a sus hijos políticos, en especial a los que obedecen a rajatabla lo que él predica, mientras que a sus otros hijos, los huérfanos de papá gobierno (léase oposición en esta confusión), los deshereda públicamente y llama no muy cariñosamente “escuálidos”.

“Se puede tirar cualquier tipo de crítica a Maduro, que no tiene el mismo carisma de Chávez y todo eso, pero yo creo que le quedaría grande a cualquiera salir elegido luego de un personaje con tanta presencia como Hugo Chávez”, me comenta Pablo Vivanco (un chileno) que si bien tiene a pocos venezolanos en su banco, es uno de mis entrevistados que asegura que no es un simple simpatizante, pero si un gran militante del movimiento chavista de Toronto, y continua; “Obviamente gobernar con un porcentaje tan bajo genera que a la oposición le va a costar aceptar eso. Yo creo que también hubiese sido difícil para ellos (Carriles y la oposición), gobernar si ganaban con un 1%, porque la gente que se identifica con el proceso bolivariano están organizados”, confirma así Pablo Vivanco el dilema que el 1% representa para los dos lados, que se mantienen en la frontera entre la derrota y el triunfo.

Y desde el otro extremo, mi otra entrevistada que representa a la oposición venezolana en Toronto, limpia su garganta, toma aire y dice; “Ahorita se ha protestado por más de mes y medio, y el gobierno ha devaluado el Bolívar desde enero dos veces, de 6,30 Bsf por dólar a 11 la primera vez, y un mes después, de 11 Bsf por dólar a 55, también por falta de comida y ahorita el país no puede estar peor ya que no se consigue absolutamente nada, ni siquiera con colas (…) Estas devaluaciones y falta de comida solo nos dan más fuerzas para seguir protestando”, son las palabras de Mariangel Urdaneta, una joven venezolana que viene liderando las marchas en Toronto, que buscan básicamente protestar hasta destronar a Maduro del poder, ya que aseguran estar cansados de tener a un presidente que si bien demuestra tener cogones para insultar, carece de soluciones que presentar. (Al parecer cuando un presidente llama públicamente a su oposición “escuálidos”, no ayuda).

“La razón por la que Chávez quedó en el poder en 1998 fue por un voto castigo debido a la corrupción existente de gobiernos anteriores y los pobres habían sido ignorados por años”, me dice Mariangel Urdaneta ante la pregunta de que considera ella de positivo del gobierno de Hugo Chávez y continua; “Al principio de su mandato (Chávez) se esforzó por complacerlos que el solo quería su bienestar y trabajaba para y por ellos, eso lo llevo a la creación de las Misiones. Pienso que algunas, y solamente algunas misiones tienen un buen concepto y funcionarían excelentes ya que Venezuela es un país que realmente necesita este tipo de iniciativas. Lamentablemente, estas misiones son solo un concepto ya que no funcionan como deberían, y otras son solo creadas para regalar dinero, mal acostumbrando al pueblo y comprando su voto, lo cual es un error grave. A las personas hay que enseñarlas a pescar y no darle el pescado”. Y ante la pregunta de que considera ella de negativo del legado de Chávez, Mariangel me responde al parecer admitiendo que estaban mejor, cuando estaban peor; “Con respecto al lado negativo del gobierno de Chávez, considero absolutamente todos sus 14 casi 15 años de mandato un fraude. Todo fue y seguirá siendo negativo ya que su fin principal es llevar al país a un socialismo ficticio, una dictadura comunista eterna como la cubana”.

Con esas declaraciones me voy al extremo de Pablo Vivanco para pescar su repuesta sobre lo que él considera de positivo del legado del amado por unos, odiado por otros, pero nunca olvidado por todos, de Hugo Chávez; “Las cosas buenas producto de este proceso, es la redistribución de los recursos naturales para el beneficio de la mayoría (..) Un 70% de la población venezolana vivía en pobreza extrema y uno se preguntaba ¿que se estaba haciendo con ese petróleo?, que en otros países que tienen petróleo se usa como base de la industrialización que son para servir las necesidades de la población”. Y sobre lo negativo del proceso chavista, Pablo rebusca en su cabeza y cuando encuentra su respuesta me dice; “El problema es el estilo de gobernar, la cultura de las instituciones que venían de la cuarta república que fue una estructura corporatista y clientelista, eso no cambió por el hecho que cambió un gobierno. Entonces esas ineficiencias claro que aún existen (…)  Sobre la corrupción, obviamente cuanto más billete existe (en el gobierno) más fácil es tapar la corrupción”. Me responde Pablo confirmando así que los políticos sin importar si son de izquierda o derecha, no son ladrones de nacimiento, pero al parecer si por voto popular.

Pero se puede lograr con éxito un gobierno 100% socialista, exterminando a los capitalistas, o un gobierno 100% capitalista, ignorando a los programas socialistas, o siguiendo con cierta lógica de la vida, donde todo Adán (le guste o no) requiere de la voluntad de su Eva para procrear. Será así que todo programa social requiere de la voluntad del capital para sobrevivir, ya que sin capital, no existiría programa social.

Esta lógica me lleva a preguntarles a mis entrevistados sobre aquel país norteño, extraño para algunos, pero no tan lejano para ellos, que se llama Canadá, que irónicamente mantiene por décadas sus programas socialistas y capitalistas conviviendo sin importar quién nos gobierna desde la capital (incluyendo salud, educación y beneficio social, solo por nombrar algunos). “Como Canadiense, admiro profundamente este sistema socio-capitalista que practica Canadá” responde Mariangel Urdaneta y continúa; “Entiendo que jamás existirá la perfección para gobernar un país, pero me parece que esto (el sistema canadiense) es lo más cerca que se puede llegar. Pienso que para lograr un gobierno ejemplar ambos sistemas deben ser combinados. Venezuela tiene el capital para ofrecer muchísimas cosas, por ejemplo la educación universitaria gratuita que ha sido así por muchos años antes del presente gobierno. Incluso, antes los Venezolanos eran becados para estudiar en el exterior, esto fue eliminado por Chávez. Venezuela produce millones de barriles más que Dubai, compara el avance de Dubai en los últimos 10 años con el desgaste de Venezuela en los últimos 10 años. Tanto se pudo haber logrado, Venezuela era potencia mundial en los 70’s, y ahora solo quedamos como uno de los países más violentos del mundo”, concluye Mariangel, mientras que Pablo Vivanco me responde; “Mira yo soy plenamente de izquierda y creo que los programas sociales en cualquier país tienen que darle al pueblo pleno derecho a la educación y salud, cueste, lo que cueste”, al mismo tiempo Pablo muestra su descontento con la izquierda canadiense (NDP), que fue el partido que inició una moción que lograría que el actual gobierno Conservador (derecha canadiense) lanzara su respuesta internacional a la situación en Venezuela, responsabilizando al gobierno de Maduro de los abusos de poder en contra de los ciudadanos manifestantes. “Me parece una situación bastante hipócrita (por parte del NDP) que fue quien puso esa moción en el gobierno canadiense, preocupándose por el manejo de la situación de los policías contra los estudiantes en Venezuela, pero cuando se trató del manejo de los policías canadienses contra los estudiantes en Québec, ellos dijeron que esa situación no estaba bajo su jurisdicción”, concluye Pablo.

LA VERDAD DE UNA GRAN MENTIRA

Al escuchar los comentarios de Mariangel Urdaneta y Pablo Vivanco, dos declarados hijos de Bolívar, cuyo ideales no son iguales y más bien los convierten en rivales, me doy cuenta que cada uno asegura estar en el lado correcto de su verdad. Si bien en Venezuela se acusa a la derecha de intentar sacar del poder (por medio de su verdad) a un gobierno izquierdista, en Toronto hemos visto como la izquierda (y su verdad) intentó sacar del poder a un alcalde de derecha. Pero que es esta verdad que todos predican y pocos practican, será verdad que unos saben más que otros, o simplemente todos sabemos diferente.

Lo cierto es que algunas verdades, nos han hecho muchas veces protagonistas de problemas familiares y grandes guerras populares y mundiales, y todo como consecuencia de ese sentimiento personal (y poco social), de creer que nuestra creencia es la única posible en existencia, y por lo tanto todo aquel que piense lo contrario se merece ser atacado, destruido, insultado y perseguido, y no se requiere ser de izquierda, derecha, cura o alguna licenciatura para cometer estos errores, al parecer simplemente se requiere ser humano y tener cierto poder.

¿Pero puede la verdad de alguien, ser una gran mentira? Para no sacarme canas buscando la respuesta a mi complicada pregunta, me puse a googlear un par de palabras en la computadora y me apareció un tal Karl Popper, un pensador con complejo de filósofo, que en tiempos donde no existían tantas opciones virtuales, se entretuvo estudiando diferentes situaciones reales, siendo una de ellas la de encontrar las condiciones perfectas para que de un debate racional salga una verdad nacional, y al parecer en su intento a Mr. Popper no le fue nada mal, y lanzó una fórmula bastante lógica de tres pasos donde simplemente se requiere remplazar la pasión, por la razón. Aquí los pasos, toma nota…

… Primer paso es falibilidad, ósea (en español) admitir que quizás mi verdad está equivocada, y la tuya tenga la razón, pero quizás, también (cruzo mis dedos), los dos estemos equivocados. Segundo paso es tener la habilidad de mantener una discusión racional admitiendo así lo bueno y malo de mi verdad, pero también de la tuya, y como final estelar si en verdad queremos encontrar la verdad, es mantener la discusión sin ataques verbales o personales, solo así se podrá conseguir la libertad posible para que de mi verdad y la tuya, florezca “nuestra verdad”; eso sí, recordemos que nuestra verdad (actual), nunca será permanente, ya que cada vez que alguien la cuestione, si practicamos la fórmula de Mr. Popper, y queremos seguir viviendo en sociedad, esta está destinada a cambiar, o mejor dicho evolucionar…. Y ahora dime ¿puede tu verdad (sobre Venezuela) ser nuestra verdad? O ¿prefieres que sea solo tuya?

Generación Ñ

Cristian Eyzaguirre

Es una columna virtual donde Cristian Eyzaguirre narra las realidades positivas y negativas, de una generación de canadienses que se identifican con el idioma de la ñ (eñe).

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