Por Adriana Ávila
Primavera llego a Ontario y todos los entornos comienzan a florecer y reverdecer de nueva cuenta, con ello en esta ocasión nos dirigimos al anual y tradicional Carassauga 2019 en Mississauga. En específico, fuimos partícipes de la celebración del Pabellón Venezuela, lleno de sus tres vibrantes colores. "¿Qué es Carassauga Festival?", se preguntaran.
Carassauga Festival es una organización comunitaria de voluntarios sin fines de lucro, con más de treinta años de trayectoria que inició por primera vez en 1986 con 10 pabellones. Fue creado en respuesta a un desafío presentado por el alcalde Hazel McCallion a todos los grupos etnoculturales en una reunión por su vocación en el antiguo ayuntamiento en el otoño de 1985.
El interés de la gente fue tan grande que el festival se convirtió rápidamente en un evento de 3 días y 22 horas. La organización remarca que su éxito se debe a los muchos líderes voluntarios en la Junta que han dedicado incansablemente su tiempo y experiencia para llevar a cabo el evento anual de 3 días.
En 2018, 4,921 artistas apoyados por 6,395 voluntarios crearon una increíble experiencia multicultural. Y hablando de Líderes , el pabellón Venezuela dio premiaciones a algunos de sus grandes líderes exponentes a lo largo de los años y de diferentes generaciones. Isabel Basalo, líder y residente de Mississauga, fue la organizadora del magno evento anual y a su vez la persona que hizo entrega de las premiaciones a las diferentes personalidades que han hecho crecer a esta comunidad con su trabajo.
Música, baile y unión en Pabellón Venezuela
El Pabellón estuvo decorado desde la entrada con una musical bienvenida, a cargo de algunos de los grandes representantes musicales, regidos por un elaborado y gran número de murales y representaciones de algunos de los paisajes más emblemáticos: playas, cataratas y un sinfín de coloridos vestuarios. Estos últimos fueron portados por niños, hombres y mujeres de diferentes edades.
El pabellón mantuvo su amplia variedad de la mano de su gastronomía diversa, bebidas, joyería, vestimenta e incluso estuvieron a la venta una considerable cantidad de artículos, cuyas ganancias estaban destinadas en su totalidad a algunas de las fundaciones en Venezuela para generar recursos y ayuda a la gente más necesitada.