¿Te resulta insoportable algún sonido? Seguro sufres de misofonía

Se trata de ser intolerante a ciertos sonidos, incluso se considera un desorden psiquiátrico
Toronto · Publicado el: 2 junio, 2016

Un simple pan tostado puede arruinar el desayuno de algunos. Quien decide comer este alimento para calmar su apetito, no imagina el daño que puede ocasionar en ciertas personas con las que comparte la mesa. Para nadie es un secreto lo difícil que resulta evitar el crujido que se genera al triturar, con nuestros dientes, un trozo de este carbohidrato. Y es que este sonido, aparentemente inofensivo, puede irritar a más de un individuo. El problema no es el ruido, sino el poco aguante por parte de quien lo escucha. Pero esto no es exclusivo de las tostadas, existen sonidos como el de la respiración, las gárgaras y el “clic” de los bolígrafos que se convierten en verdaderos tormentos para determinadas personas: los misofónicos.

La misofonía es un trastorno que consiste en la intolerancia a los sonidos cotidianos generados por los individuos y por los objetos. Algunos ejemplos constituyen mascar chicle, sorber la sopa, o comer cotufas. Quienes padecen esta condición, les resulta un verdadero martirio escuchar ruidos tan naturales como el que ocurre cuando estornudamos. Esto puede irritarlos, amargarlos y hasta asustarlos; pero la reacción más frecuente de todas es la rabia. Existen quienes sienten angustia, y hay casos más extremos en los que se desencadenan ataques de pánico. La persona que sufre de esto prefiere alejarse de aquellos que producen el sonido (aunque a veces resulte imposible). En este sentido, su vida social y personal se ve afectada, ya que evita relacionarse con otros para evadir los sonidos; esto lo termina por aislar.

Este trastorno acuñado por los neurocientíficos americanos Pawel Jastreboff y Margaret Jastreboff significa, literalmente, “odio al sonido”. Esta enfermedad, rara vez diagnosticada, es nueva. De hecho, apenas en 2013 fue determinada como desorden psiquiátrico (aunque todavía existen debates al respecto). Se manifiesta al final de la infancia, o al comienzo de la adolescencia; y los sonidos que más molestan, según el fundador y director de Misophonia UK, Guy Fitzmaurice, son los de la comida y la respiración. Aunque hasta los momentos no existe cura, algunos de los afectados consideran buena opción tomar terapia, hacer hipnosis o realizar respiraciones abdominales. Si bien estas herramientas no eliminan el problema, al menos permiten tratarlo.

A veces resulta difícil controlar los ruidos, sobre todo porque no somos nosotros quienes los originamos, sino otros. Ciertamente, es imposible evitar que existan individuos misofónicos en cualquier rincón del planeta, pero quizá podemos ser considerados con ellos: si vamos a comer pan tostado, tratemos de no masticar tan fuerte; no sabemos si a nuestro lado hay a alguien sufriendo desesperadamente en silencio.

Manías de un cuerpo saludable

Erika De Paz

Comunicadora social, instructora de Pilates y practicante de Yoga. En este espacio, Erika te ayudará a encontrar el camino adecuado para lograr el bienestar físico y mental que todos deseamos. Además, te transmitirá la importancia de vivir de una manera más sana, natural y feliz

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