En un excelente evento al que tuve la oportunidad de atender escuché una presentación por Alex Jadad que me marcó, en especial una frase, “el dinero es a la riqueza, como los centímetros son a la distancia, tan sólo una unidad”. Fue una frase impactante que me hizo reflexionar acerca del valor que le damos a las cosas. Muchos de nosotros asociamos a la riqueza con el dinero, pero en realidad la riqueza es mucho más compleja que tan solo estar llenos de plata. La riqueza es felicidad, seguridad, conocimiento, tiempo, crecimiento, amor, libertad, y sí, también es dinero, pero el problema es que nos pasamos buscando sólo el dinero pensando que éste nos va a comprar todo lo anterior.
La gran mayoría de nosotros crecimos pensando que el éxito y la riqueza se determinaban por cuanto dinero acumulábamos. Desde las caricaturas que veíamos en la tele que encontraban cofres de oro en algún barco perdido, hasta los regalos que recibíamos en Navidad, todo lo mediamos en valor material. Desde niños asociábamos cariño con regalos, tanto así, que si nos regalaban algo que no nos gustaba, nos enojábamos.
¿Qué decía Papá Noel cuando entraba por la chimenea a dejar los regalos?, “¡Fulanito se ha portado bien este año, entonces por eso tiene muchos regalos!”, y con esa excusa nuestros propios padres nos “chantajeaban” para que nos comportemos bien, “pórtate bien, o Papa Noel no te va a traer regalos” - típico. Son situaciones súper cotidianas que parecen ser inofensivas, pero que en realidad son las cosas que más nos forman y que definen como percibimos la felicidad y el éxito.
El rato que dejemos de perseguir a la plata como la meta principal de nuestras vidas, nos daremos cuenta de lo ricos que ya somos. ¿Qué pasaría si podríamos medir en números nuestra salud, felicidad, tiempo, amor y conocimiento, así como medimos el dinero en un banco? ¿Qué pasaría si tuviésemos un artefacto que nos indicase exactamente cuánta salud hemos ahorrado, o cuánto tiempo tenemos de sobra para gastar, o quizás, cuanto amor necesitamos para ser considerados exitosos en nuestra sociedad? - La vida sería muy distinta.
Hay que entender el propósito del dinero para realmente dejar de depender tanto de él. La plata se creó para facilitar el intercambio de bienes y servicios entre diferentes entidades, eso es todo. Si hoy en día no existiría el dinero, estoy seguro que nuestro propósito de vida no sería llegar a acumular un montón de chucherías en una bodega para demostrar lo “ricos” que somos, cómo lo hacemos con el dinero en un banco. Sin embargo, desde que existe el dinero nos obsesionamos con tener más, tanto así, que aquí en Canadá la gente a los 25 años ya se pone a ahorrar para la vejez invirtiendo en sus RRSPs, ¡todavía ni siquiera saben si van a llegar vivos a los 65!, ¿cuál es el afán de sacrificar su tiempo, su salud y su juventud para ganar plata y meterla en un banco para gastarla viajando a Miami cuando les duelan los huesos en el frío a los 65?
Está bien, entiendo perfectamente la importancia de ahorrar y planificar para el futuro, no estoy sugiriendo vivir del pasto que crece en la acera - uno tampoco se puede caer a golpes contra el sistema. Sin embargo, sí creo que mucha gente tiene una percepción equivocada del verdadero valor de las cosas importantes de la vida. Hay que priorizar los instintos básicos del ser humano por encima del dinero: comer, dormir, hacer amigos, enamorarse, reírse, relajarse, aprender, crear, trabajar y soñar. Estoy seguro que hallaremos tiempo suficiente para ganar dinero, ahorrar y comprarnos las cosas que más deseemos y necesitemos, pero debemos hallar un balance en donde no desperdiciemos la mejor parte de nuestra vida tratando de convertirnos en los próximos Bill Gates o Carlos Slim.
Lo más bonito de la riqueza es que es mucho más que sólo dinero, y para cada uno de nosotros puede ser algo distinto porque todos tenemos nuestros propios sueños y aspiraciones. Si todos buscamos la plata, nunca habrá suficiente para todos; siempre habrá pobres que no tengan para comer y habrá millonarios que no les alcanzará su vida entera para gastarse ni un décimo del dinero que tienen en el banco. Pero si percibiríamos a la riqueza como mucho más que el dinero, habría suficiente para todos los seres humanos en este mundo, porque para cada uno de nosotros la riqueza sería diferente. Dejen de pasar la vida buscando la plata, y verán que serán extremadamente ricos.
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