El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Panamá y Canadá, que entró en vigor hace escasos dos meses, genera optimismo en las autoridades del país centroamericano por las múltiples oportunidades que ofrece a los inversores canadienses.
El ejecutivo panameño realizó un comunicado en el que enumeraba las posibilidades de inversión de capital canadiense, entre las que destacaba el sector de la infraestructura con la construcción de caminos, electricidad, agua, telecomunicaciones, universidades y, en especial, participar en licitaciones para obras en el interior del país.
Por el momento, la presencia canadiense es ya notoria en el sector minero y pronto comenzará su exportación a Panamá de mercadería a bajos precios aduaneros, a excepción de algunos productos agrícolas.
Además Panamá apunta a convertirse en este periodo en un referente de la logística internacional con un tercer juego de esclusas que se construirán para pemitir mayor tráfico de buques más grandes por el Canal de Panamá.
Por otra parte, el gobierno panameño anunció la creación de vuelos directos de la aerolínea Copa a Montreal y Toronto y la ampliación de varios aeródromos para recibir vuelos internacionales como los de Tocumen y Río Hato, al tiempo que animó a las empresas multinacionales a instalar sus nuevas oficinas en territorio pananemño, tal y como han realizado ya compañías de prestigio internacional como Adidas, Alcatel, Lucent, Atlas, Copco, Bosch, Caterpillar, L’Oreal, LG, Micheline, Nestlé, Panasonic y Procter & Gamble, entre otras.
El comunicado también destacó la considerable cantidad de canadienses que viajan por turismo a Panamá y que crece año a año gracias a un notable aumento de las plazas hoteleras en el pais, que pasaron de 1.400 habitaciones en 1997 a las 15.000 habitaciones de hotel que hay actualmente, con otras 4.500 pendientes de finalizar su construcción.
