Los tesoros de Bruce County (2da parte)

Nuevos destinos en un apasionado viaje realizado por Andrea Sagues.
Toronto · Publicado el: 7 junio, 2012

Si quieres ver más fotos del apasionante viaje que hizo Andrea Sagues puedes visitar nuestra renovada sección de galerías de fotos.

En el artículo anterior te mostramos algunos tesoros de Bruce County, un destino para aventureros y románticos a sólo dos horas de Toronto. En esta oportunidad, recorrimos los bosques y paisajes únicos del parque provincial Mac Gregor Point –el paraíso para los amantes del camping-  y las playas y senderos de  Kincardine,  un pintoresco pueblo donde el pasado se mezcla con el presente.

Mac Gregor Point, un parque para las cuatro estaciones

Mac Gregor Point Provincial Park es considerado una de las maravillas naturales más vistas a lo largo de la costa del Lago Hurón. El parque, de 1.366 hectáreas, impresiona con su mezcla de paisajes y ecosistemas - humedales, playas, dunas de arena y bosques- y su rica flora y fauna, con especies como el venado de cola blanca, castores, mapaches, zorros y puercoespines.  Es también el refugio para más de 105 aves migratorias.

Durante nuestra visita, fuimos recibidos por Keith Early, superintendente del parque, con quien recorrimos en bicicleta sus instalaciones y aprendimos sobre su historia, su funcionamiento y sobre las principales actividades que aquí se practican en el verano, como caminatas, bicicleta, paseos  en canoa o en bote, nado, pesca y observación de flora y fauna.

Lo primero que Keith nos hace notar es que Mac Gregor Point es más bien un destino familiar. Sus senderos para caminatas y bicicleta son de baja dificultad (los menores de 17 deben pedalear con casco), ideales para la familia; el parque, además, ofrece permanentemente actividades pensadas en los niños, como festivales de talento, talleres artísticos, de lectura y actividades para colegios. Durante Halloween, incluso los niños se disfrazan y salen a pedir dulces a los diferentes campamentos. Cuando cae la noche, es la hora para intercambiar historias de terror y  de misterio alrededor de una fogata.

Lo segundo es que se trata de un parque muy bien equipado, pensado para que las familias pasen unas vacaciones inolvidables. Cuenta con 360 campings ubicados en tres campamentos, de los cuales 140 están equipados con electricidad, además de estaciones de confort con duchas, baños, lavadoras y secadoras. Cuenta además con una tienda donde se vende desde ropa hasta hielo, periódicos, comida y utensilios para camping como madera para fogatas y fierros especiales para derretir malvaviscos (se considera una ofensa quemar las ramas de los árboles para estos fines).   En el Centro del Visitante,  hay además internet inalámbrica para los más cibernautas y libros para niños y adultos.

Con Keith a la delantera, nos detuvimos para conocer uno de los dieciséis famosos yurts del parque, ubicados en Birch Boulevard,  una buena alternativa de alojamiento para familias o grupos grandes que prefieren la comodidad.  Se trata de tiendas de campaña – similares a las utilizadas antiguamente por los nómadas- sencillas, con capacidad para seis personas y equipadas con luz, calefacción, sillas, mesas y dos sets de literas para dormir. En invierno, son la alternativa para alojar en el parque, pero en verano también son muy cómodas e ideales para descansar, disfrutar de la naturaleza y protegerse de la lluvia (hay que traer eso si todo el equipamiento necesario, como sacos de dormir y cocinilla).

Seguimos pedaleando a través de senderos mágicos que serpentean por el bosque, los  que en invierno se llenan de nieve y son utilizados para la práctica del esquí de fondo y el snowshoeing (o paseos en raquetas de nieve).  A través del Old Shore Train – un sendero de seis kilómetros con  impresionantes vistas de la playa y de las zonas costeras- bordeamos la orilla del lago Hurón, uno de los cuatro grandes lagos de Norteamérica, cuya costa es el hábitat ideal para lirios (iris) que solo encuentras aquí y en lugares aislados en Ontario. Terminamos nuestro recorrido en Sunset Point, uno de los lugares preferidos por los visitantes para ver el atardecer.

Una visita al parque Mac Gregor Point es una experiencia única ya sea  para un día, un fin de semana o para toda una temporada.  Al despedirnos, Keith nos extendió una invitación  para el famoso Huron Fringe Birding Festival, un evento que se realiza todos los años aquí en el mes de mayo (después del fin de semana de Victoria Day) y que coincide con el retorno al parque  de las aves migratorias. La atención del evento se centra en la observación de pájaros, pero  incluye otras áreas de la historia natural como mariposas, flores silvestres, la astronomía, la naturaleza del arte, la poesía y la fotografía. Ideal para naturalistas  y para todo el que quiera aprender un poco más sobre flora y fauna local.

Kincardine, un pueblo con  tradición

Bruce County es famoso por sus pueblos pintorescos. Entre ellos Kincardine, uno de esos pueblos de postal que atrapan y encantan con su faro, su puente, su marina y el eterno Lago Hurón como telón de fondo. Todos los días, cuando cae el sol (excepto los sábados) un fantasma gaitero inunda la ciudad con sus sonidos desde el faro de la ciudad, dándole un toque de magia y romanticismo único a este pueblo donde pasado y presente se funden.

Kincardine es un romántico pueblo con un marcado patrimonio escocés. Cuenta la historia que una goleta en peligro fue guiada al puerto por el sonido de una gaita que hacía eco desde la orilla. De ahí la tradición del fantasma gaitero. Durante julio, además, la ciudad se envuelve con los sonidos de las gaitas y de los tambores para el Scottish Festival and Highland Games.

Por muchos años, Kincardine (antes llamada Penetangore) sirvió como puerto comercial. Para entender un poco sobre su historia y tradición, te recomendamos partir  tu visita por su faro (el único del condado ubicado en el centro de la ciudad), que data de 1881 y  con el que antiguamente se guardaba la costa para exportadores de sal y madera. Se compone de  una torre octogonal de madera de 30 metros de alto unida a una casa de seis piezas donde antiguamente residía el cuidador y su familia y donde hoy funciona un museo marino. En sus tres pisos, encontrarás fotografías de la época y antiguos artefactos marinos, a través de los cuales aprenderás sobre la historia del pueblo y de sus navegantes, así como de los naufragios ocurridos en aquellos tiempos. Anímate a subir las escaleras empinadas (con precaución) que conectan con la sala de la lámpara - las mismas que escalaba al menos dos veces al día el cuidador del faro para alimentar la lámpara con aceite de carbón y limpiar los lentes- desde donde obtendrás una vista espectacular de 360 grados al pueblo, sus playas, la marina y el siempre majestuoso lago Hurón.

Tras tu visita al faro, disfruta de una tranquila caminata a lo largo del boardwalk que bordea el lago y que, desde muy temprano en la mañana, se llena de gente trotando, corriendo o andando en bicicleta. El sendero cruza los patios de hermosas y elegantes casas y cuenta con miradores y gazebos donde tomar fabulosas fotografías. Bellas flores y plantas bordean este sendero, cuyos parques comúnmente se llenan de familias que en verano disfrutan de una barbacoa o de un picnic al aire libre.

Kincardine cuenta con  22 kilómetros de senderos desarrollados, explorables a pie o en bicicleta y en esquíes o raquetas de nieve durante el invierno. Puedes también seguir el sendero rojo y disfrutar de los sonidos y vistas del río Penetangore. Fuera de Kincardine, en Kinloss, hay senderos con mayor dificultad que van por carriles y viejos bosques, con ascensos y descensos para los más aventureros.

Date un tiempo también para pasear por el pintoresco centro de Kincardine y visitar las tiendas y galerías de calle Queen, seguido de un helado en Ice Cream Shack o  de un buen café en Bean’s Bistro. Caminando por Harbord Street te toparás con The Walker House, el inmueble más antiguo de la ciudad. Construido en 1850 como un inn y taberna, es hoy un museo local y una reliquia de la arquitectura georgiana de la época. En esta calle también se encuentra una de las picadas más populares de Kincardine: Erie Bell, famoso por sus enormes platos de pescado con papas fritas. Su nombre proviene de un famoso barco a vapor que se hundió en la orilla de Kincardine luego de que explotara su caldera, matando y mutilando a su tripulación. Los restos de esa caldera todavía están en la orilla y son claramente visibles en la playa que lleva su  nombre (Boiler Beach).

Siguiendo por Queen Street llegarás a Victoria Park, un parque donde refugiarse en esos días de calor y disfrutar con la familia. Todos los lunes  de verano (empezando en Victoria Day) hay un mercado al aire libre donde artesanos y vendedores ofrecen productos que van desde vestuario y discos a antigüedades, plantas y productos locales, como dulces artesanales, miel, frutas, verduras, huevos, tés y cafés. Te recomendamos visitar el  trailer de Lazy J. Ranch, una compañía local famosa por producir exquisitas mieles y productos derivados.

Al caer la noche es hora de disfrutar de una buena cena en uno de los elegantes restaurantes de su centro, como en Tramonto en calle Queen, especializado en comida italiana preparada con ingredientes locales. El lugar, de ambiente casual y relajado, cuenta con una amplia carta de vinos locales e internacionales para acompañar tu plato. Te recomendamos partir con un antipasto  y seguir con los Ñoquis de la Nonna, preparados en casa y servidos con pechuga de pollo y champiñones y envueltos en salsa de crema de marsala. Para terminar, un strudel de manzana o un tartufo te dejarán en el paraíso. Simplemente delicioso. Tras la cena, a los transeúntes les gusta caminar por el borde costero con un helado o postre en mano y ver la puesta de sol. Un romántico panorama del que, sin duda, tú puedes ser parte en tu próxima visita.

Dónde alojar

Lakefront Bed and Breakfast (www.lakefrontbb.com) es un lugar ideal para románticos, a orillas del lago Hurón. Aquí fuimos recibidos por una gaitera que nos emocionó con el sonido de su gaita, nuestra primera aproximación a la cultura y tradiciones de Kincardine.

Este Bed and Breakfast es uno de esos lugares que lo tiene todo y del que no dan ganas ni de moverse. Aquí nos hospedamos en una cabina toda decorada como si fuera un barco, equipada con refrigerador, estantes, sillas, mesas y chimenea para el invierno, con vista al lago y con una terraza donde disfrutamos de un aperitivo junto a unos quesos que su dueña, Katrena Johnston,  dejó para nosotros en nuestro refrigerador. 

Los visitantes frecuentes de este Bed and Breakfast son las ardillas, las cuales puedes alimentar con las almendras que su dueña deja en cada pieza en un tarro transparente. Temprano en la mañana, Katrena te deleitará con su exquisito desayuno en base a café, cereales, té, jugos y elección de galletas caseras, huevos revueltos, omeletts y tostadas francesas – entre otras exquisiteces- que es servido en el segundo piso de la casa, en vajilla con motivos marinos. La música de fondo- de estilo zen- va en concordancia con este ambiente de relajación y desconexión.

Datos

Una manera entretenida de explorar por tu cuenta Bruce County es a través del Adventure Passport, con el cual descubrirás algunos de las más intrigantes locaciones alrededor del condado y ganar entretenidos premios. Especial para familias.

Más información: www.explorethebruce.com

 

Publicado: 08 de junio, 2012
Texto: Andrea Sagues

 

De viaje con Andrea

Andrea Sagues

Andrea, a través de su blog, busca compartir sus viajes por Canadá y guiar al viajero en sus próximos destinos. Es periodista de Pontificia Universidad Católica de Chile, actualmente vive en Toronto.

Etiquetado en: turismo en toronto bruce
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