Es bastante conocido los innumerables casos de inmigrantes que intentan cruzar la frontera México – Estados Unidos en busca de un mejor futuro, el popular ‘sueño americano’. Pero lo que puede ser una idea osada, riesgosa y además de ilegal, es para muchas personas su ‘única’ alternativa para una mejor calidad de vida.
Sin embargo, lo que pocas veces se difunde es la miseria en la que se exponen muchas personas latinoamericanas y – especialmente – los niños son los que pagan las consecuencias a un alto costo. Muchos hijos de los latinos que intentan o lograr cruzar la frontera resultan desprotegidos en medio de la frontera de México y EE.UU. Quedando a la merced del abuso infantil, la pobreza y explotación, entre otras barbaridades.
Hernán Astudillo es un sacerdote que reside en Canadá, cuando se enteró del caso de una menor de edad de origen ecuatoriano que intentó cruzar la frontera en busca de sus padres y fue hallada sin vida, Hernán no lo pensó dos veces y convocó a un grupo de voluntarios para recorrer más de 5,000 km y poder llevar solidaridad y rescatar a más de cien niños de esta trágica situación.
En la conocida iniciativa denominada como la Caravana de la Esperanza, convoco e integró un grupo de 30 voluntarios que condujeron tres autobuses escolares llenos de comestibles, como pasta, arroz, frijoles, así como frazadas, sillas de ruedas, lápices, crayones, papel y donaciones económicas. Un milagro llamado solidaridad que llevó ayuda a los albergues de MaCallen, Reynosa, Monterrey, El Saltillo y Ciudad Juárez. Alimentos y útiles que fueron adquiridos gracias a la generosa donación de la gente de la comunidad latinoamericana de Toronto. Esta iniciativa verdaderamente humana además logró el regreso al menos a 150 niños a sus países de origen.
Es importante mencionar que se estima que alrededor de 60,000 niños viven en abandono y pobreza extrema en esta zona fronteriza, en las ciudades de McAllen-Monterrey y Ciudad Juárez-El Paso. Se necesitan más iniciativas como esta para proteger la vida de estos niños.
