Un líder no pretende enamorar, no es un actor que necesite la admiración y el aplauso de su público, tampoco es un político que quiera captar votos; la oratoria y los discursos pueden quedarse para los demás. Hay algo más profundo en la forma de hablar que diferencia a los líderes del resto. ¿Cuáles son sus estrategias?
Hablar no es lo mismo que saber comunicar. La comunicación corporativa se ha convertido en un pilar fundamental en las empresas para transmitir los valores y la imagen de la compañía. Muchas batallas personales, empresariales, políticas y sociales se ganan gracias a una comunicación efectiva. La forma de hablar es parte destacada de nuestra imagen. Y la imagen, tanto personal como corporativa, se relaciona directamente con la obtención de resultados.
Un verdadero líder busca que su equipo se involucre, que se sienta motivado y unido en la consecución de un logro común, y para ello debe aprender a hablar según un criterio eficaz de liderazgo.
El líder escucha más que habla. Y lo hace de forma activa, es decir, entiende las palabras del otro, conecta con él, le da importancia, es respetuoso, comprende y transmite emociones… Solo quien ha aprendido a escuchar activamente puede hablar alineado con su interlocutor y no enfrente de él.
El líder no impone, convence. No interrumpe a los demás, aunque sabe cortar a tiempo una conversación improcedente; es neutro, justo e imparcial; está abierto a considerar otras opiniones y a admitir sus errores; pide participación; es siempre honesto, empático y, normalmente, suele ser el último en intervenir.
Entérate más:
Empresa familiar: ¿Cuándo es necesario un mediador externo?