Según Joseph Pilates, la flexibilidad de nuestra columna revela la edad que tenemos. De hecho, para él una persona es tan vieja (o joven) como flexible sea su columna. Ciertamente, sabemos la importancia que tienen este montón de vertebras, pero pocas veces le prestamos atención: sólo la recordamos cuando nos molesta la espalda, un dolor que todos, alguna vez en la vida, hemos sentido.
Son muchas las maneras de consentir la columna; practicar pilates es una de ellas. Este sistema de entrenamiento corporal busca organizar el cuerpo de forma tal que la columna se estabilice, los abdominales actúen, las extremidades permanezcan activas y los pies se mantengan alineados. Con todo esto se intenta, entre otras cosas, aliviar y prevenir los detestables problemas de espalda.
Entre las afecciones más populares de esta parte del cuerpo está la escoliosis: una desviación de la columna vertebral. Quien la padece presenta una curvatura lateral de la columna que puede ser en forma de “C” o de “S”. La forma más común de escoliosis es la idiopática (o genética), aunque también existe aquella que es funcional y que se origina por hábitos de mala postura.
Aun cuando la escoliosis evoluciona con el pasar del tiempo y puede llegar a empeorar, también es posible que mejore. A pesar de que no se logra corregir la curva, podemos aliviar las molestias o los dolores en la espalda, practicando pilates. Este método está indicado en quienes sufren de escoliosis por las siguientes razones:
El sistema articular cambia su movilidad con el pasar de los años, y dependiendo de la genética del individuo y su estilo de vida esto puede ser o no significativo. El pilates nos ayuda a mejorar los hábitos posturales y de movimiento adecuado; y con esto mejoramos la flexibilidad en la espalda.
Podemos empezar por hacer de la corrección postural algo de todos los días: un hábito más. De esta manera, evitaremos padecer esas dolencias en la espalda que la mayoría de las veces son producidas por las malas posturas que tenemos cotidianamente (al dormir, caminar, cuando nos sentamos…). Si bien es cierto que no podremos “curar” la escoliosis, sí se pueden calmar los dolores que a veces acarrea. Anímate a tomar clases de pilates; y sorpréndete de lo aliviada que sentirás la espalda con tan solo unas cuantas sesiones.
Comunicadora social, instructora de Pilates y practicante de Yoga. En este espacio, Erika te ayudará a encontrar el camino adecuado para lograr el bienestar físico y mental que todos deseamos. Además, te transmitirá la importancia de vivir de una manera más sana, natural y feliz