Cuando estamos estresados o deprimidos, lo primero que nos provoca es llenar nuestro cuerpo de azúcar. Adoramos consumir kilos de chocolates, potes enteros de helado, o atiborrarnos con cualquier dulce hasta asquearnos de felicidad. Ciertamente, este tipo de productos nos hace sentir bien inmediatamente, pero a largo plazo no reduce el estrés, todo lo contrario: lo empeora. Los alimentos son medicina pura; saber escogerlos resulta fundamental para mantenernos sanos.
Mejorar nuestro estado de ánimo depende, en gran parte, de lo que consumimos. Si queremos dejar a un lado la irritabilidad y el mal humor, debemos seleccionar alimentos ricos en las siguientes sustancias:
Vitamina C: Esta vitamina tiene la particularidad de ayudar a nuestro organismo a asimilar el hierro, un mineral que también mejora nuestro humor. Se encuentra en frutas como la guayaba, los limones, el kiwi, la papaya y las fresas. También en verduras de hojas verdes como el brócoli y las acelgas. Existen estudios que revelan que esta vitamina disminuye los niveles de cortisol, ayuda a la producción de endorfinas y reduce el vanadio, un nutriente relacionado con la depresión bipolar.
Vitaminas del grupo B: Si queremos mejorar nuestro ánimo, no debemos olvidar estas vitaminas. La vitamina B12, que mantiene el sistema nervioso en perfectas condiciones, la encontramos en el yogur, el atún y las sardinas. Y la vitamina B6, capaz de evitar las alteraciones nerviosas, la podemos obtener de los lácteos, la avena, las carnes y los mariscos.
Antioxidantes: La vitamina E es uno de los antioxidantes más milagrosos que existen. Para mejorar el estrés, sólo tenemos que consumir alimentos ricos en esta sustancia como las moras, arándanos, alcachofas, nueces y avellanas; y condimentar nuestras comidas con clavo, orégano o canela. Por otro lado, el selenio constituye otro antioxidante poderoso para sentirnos plenos. Existen estudios que señalan que quienes no lo consumen son más propensos a sufrir depresión. Este elemento lo encontramos en carnes, cereales y productos del mar.
Ácidos grasos omega-3: Estos ácidos son esenciales si queremos evitar sentirnos ansiosos, pues ayudan a mantener el equilibrio mental. Los investigadores señalan que podrían influir en la manera en la que el cerebro envía señales a todo el cuerpo. Para obtenerlos, sólo debemos comer pescado azul, salmón y linaza.
Magnesio, zinc, hierro y potasio: Cuando no tenemos suficiente magnesio sufrimos migrañas, insomnio y ansiedad. Este mineral influye en nuestro estado de ánimo porque interviene en la producción de dopamina y serotonina, unos neurotransmisores que generan bienestar. Es tan importante que incluso el endocrino venezolano Ludwig Johnson asegura que “Dios es de magnesio”. Las verduras de color verde oscuro están repletas de esta sustancia, así como las semillas de calabazas, el aguacate y el chocolate amargo. Por otro lado, el zinc sirve como antidepresivo natural, y lo podemos encontrar en los espárragos y rábanos. Y el hierro, cuya función es llevar oxígeno a todos los tejidos, lo adquirimos al comer hígado, espinacas, frutos secos y avena. Por último, el potasio, que permite mantener en excelentes condiciones nuestro sistema nervioso, está presente en la mayoría de las frutas, así como en las acelgas, las papas y las coles.
Una dieta equilibrada permite lograr el bienestar que tanto deseamos. Si queremos vivir plenamente y evitar sentirnos malhumorados, debemos ser inteligentes. Sólo nosotros tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro cuerpo. Recuerda que con cada alimento que consumes puedes consentir o castigar tu organismo. Tú eliges.
